¿Qué pasaría si no usáramos pañales para nuestros bebés?
De primera impresión la idea parece risible. Aunque seguro no esperas que la crianza sea puro glamour, tampoco te imaginas cubierta de orines y caca todo el día y eso es lo que comúnmente vienen a la mente de la mayoría de las personas cuando imaginan a un bebé que no usa pañal. La idea de los pañales está tan normalizada en el pensamiento colonizado que simplemente no imaginamos cómo podría ser la vida sin ellos. En algún momento de mi primer embarazo me pregunté a mi misma cómo harían los humanos de la antigüedad antes de que se inventaran los pañales y me imaginé a unas madres cavernícolas envolviendo a sus bebés en pieles de animales. Yo, como muchas otras personas con las que comparto valores ambientalistas, me preocupaba por no producir mucha basura durante la crianza de mis hijos pequeños y la respuesta más obvia la encontré en los pañales de tela. Eran bonitos, suavecitos y ecológicos. A largo plazo también prometían ser más económicos ¿Qué más puedes pedir? Mi hijo mayor tenía más o menos 9 meses cuando un día estábamos de paso por un pequeño pueblo hippie en el norte de California y vi de reojo un libro con un dibujo en la portada de un bebé muy pequeño al que estaban sosteniendo encima de una diminuta bacinica. ¿Qué es esto? me pregunté.
Cuando abrí el libro me quedé boquiabierta mientras mi cerebro procesaba la idea: este libro decía que los bebés podían empezar a usar el baño desde muy pequeños, los pañales no eran la única opción.
Pero, ¿no es una locura? Hablando de expectativas irrealistas, ¿es en verdad razonable esperar que un bebé recién nacido pueda hacer pis y caca en un bañito de plástico? El problema es que cuando pensamos en esta idea nos parece inconcebible esperar tanto de un bebé. Pero el método sin pañal se trata de las personas que ejercen la crianza y del vínculo que tenemos con nuestres hijes, no de la capacidad de un bebé para aguantar las ganas de eliminar (aunque la verdad es que también subestimamos mucho la inteligencia y la sabiduría de los bebés). Una vez que descubrí que los pañales no eran tan imprescindibles como había pensado, todo empezó a tener sentido. Antes de que se inventaran la gente simplemente ponía atención a las señales que daban los bebés y a los ritmos de sus pequeños cuerpecitos y los llevaban a algún lugar donde era apropiado que defecaran y orinaran. Esta práctica no es una cosa olvidada del pasado ni tampoco un método moderno para padres hippies. En muchas culturas alrededor del mundo, sobre todo comunidades indígenas en zonas rurales, esto es tan común que ni siquiera tiene un nombre especial. Acá en el mundo colonizado se ha popularizado con los nombres “comunicación de eliminación” o “higiene natural de los bebés.” Porque es verdad que como seres humanos y mamíferos que somos, tenemos un instinto natural a querer estar limpios. Cuando le ponemos pañales a los bebés empezamos un proceso de acostumbrarlos a no poder escapar de sus propios deshechos. La comunicación de eliminación no tiene que ser todo o nada. Si tienes curiosidad de intentarla, puedes hacerlo una vez al día todos los días. Si usas pañales desechables, entonces será uno menos al día que no está yendo al basurero. Aquí te va una pequeña guía simplificada. Si hablas inglés puedes encontrar muchos recursos en internet. Si no, escríbeme con tus preguntas y las voy respondiendo poco a poco. Cómo empezar la comunicación de eliminación: 1. OBSERVACIÓN: Lo primero que puedes hacer es empezar a familiarizarte con las señales de tu bebé. Esto requiere darles tiempo para estar sin pañal. Puedes usar algún tipo de cubierta impermeable o incluso acostarlos sobre una toalla que no te importe manchar. Esto funciona mejor para bebés que aún no pueden moverse mucho. Las señales cuando un bebé necesita hacer caca son mucho más obvias, pero para las pipís suelen ser más sutiles. Cuando veas que tu bebé hace pipí o caca, ayúdalos a asociar la eliminación con un sonido. Lo más común es “sssssssss” para la pipí y un gruñido de pujo para la popó, aunque hay personas que simplemente usan palabras.
3. FAMILIRÍZATE CON LOS RITMOS DE TU BEBÉ: La forma más fácil de ahorrarte un pañal es darle a tu bebé oportunidad de ir al baño justo cuando acaba de despertar. Les recién nacides duermen un montón así que vas a tener muchas oportunidades. Inténtalo después de cada siesta y después de cada cambio de pañal. Algunas veces les bebés empiezan a hacer caca en el pañal y no les gusta la sensación de estar sucies así que no terminan. Por eso es que muchas veces pasa que justo cuando les acabas de poner un pañal limpio, lo ensucian otra vez. Cada bebé tiene ritmos distintos, pero algunas buenas oportunidades para llevarles al baño son después de que comen o toman algo y antes de salir de la casa.
4. ÁTREVETE A IR DEJANDO LOS PAÑALES: Una vez que empiezas a familiarizarte con esos primeros tres pasos, puedes empezar a dejar a tu bebé sin pañal más o más veces. No se trata de dejar los pañales por completo, pero te vas a ir dando cuenta de que pueden ser un respaldo en lugar de ser siempre la primera opción. ¿Va a haber desastres a limpiar? Claro, pero esos los hay con pañales o sin ellos. A mi me sirvió mucho portear a mis bebés sin pañal. Me daba cuenta que cuando necesitaban hacer pis tensaban sus cuerpecitos, cómo diciéndome que no querían orinarse encima mío (aunque muchas veces sí lo hicieron). 5. DALE PRIORIDAD AL APEGO POR ENCIMA DEL ÉXITO: No te estreses si hay días que simplemente no tienes ganas o enfoque para ponerle atención a todas las señales de tu bebé. Si te empiezas a sentir frustrade ponle un pañal a tu bebé y date un descanso. Los pañales de tela ayudan mucho porque les bebés identifican más fácilmente la sensación de estar húmedos, en lugar de estar en desconexión con sus propios ritmos. Incluso si sólo llevas a tu bebé al baño una vez al día le estás enseñando a conectar con su cuerpo y se está dando cuenta de que entiendes sus necesidades, incluso si no siempre puedes responder a ellas. ¡Hacerte cargo de una personita vulnerable que te necesita para todo es muchísimo trabajo! Estos son mis consejos básicos, pero hay muchos más detalles, aprendizajes y evoluciones del proceso. Si te interesa aprender más escucha la entrevista con Tati y Sofía y si todavía tienes preguntas después de eso no dudes en escribirme. ¡Buena suerte!
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AutoraMarissa Bolaños es guardiana del nacimiento, escritora, artista virtual, y anfitriona del podcasta La Revolución del Parto. Archivos
May 2023
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